Relaciones en la caja de cambio: ¿cuál es el número ideal?

Hace algunos años el estándar más habitual en los coches de gran producción eran las cajas de cambio manuales de cinco relaciones, mientras que las cajas de cambio automáticas eran mucho menos populares y podían ser incluso de solo cuatro velocidades. En los últimos tiempos esto ha cambiado, y hoy ya no es raro ver vehículos con un número de relaciones mucho mayor.

Ya en 2011 Lexus sorprendió con la presentación de su IS F de ocho velocidades, y hoy en día existen marcas como Ford y Chevrolet, que fabrican modelos de 10 velocidades. En este artículo te explicamos los motivos que explican este crecimiento del número de relaciones que vivimos en la actualidad.

A más marchas, mejor rendimiento y menos consumo

Las razones principales por las que los fabricantes de automóviles diseñan modelos cada vez con más velocidades en la caja de cambios son el rendimiento y la eficiencia en el consumo de combustible.

Cada vez que cambiamos de marcha bajan las revoluciones, así que cuantas más relaciones de cambio dispongamos el motor caerá menos de vueltas. El objetivo de añadir más relaciones es incrementar la potencia eficaz transmitida a las ruedas y hacer que el motor trabaje siempre dentro de su abanico de revoluciones más eficiente.

El aumento del número de marchas no se produce siempre por la parte superior de la escala, añadiendo engranajes más altos. A menudo los ingenieros están introduciendo relaciones intermedias entre las velocidades tradicionales. Al quedar más próximas entre sí, es posible aprovechar de manera más efectiva toda la energía de la salida del motor, manteniendo las revoluciones dentro de su rango más propicio para lograr una entrega de par motor y potencia máxima.

Por supuesto, no todo se reduce a añadir más marchas para lograr más prestaciones y eficiencia. También hay que tener en cuenta el tamaño, el peso, la masa rotacional, el coste de desarrollo y producción, la complejidad del sistema de engranajes y el tiempo que lleva que cada marcha pueda desarrollarse por completo.

El auge de los cambios automáticos

Al principio, a la transmisión automática le costó ganarse el favor de los conductores, porque aunque en teoría posibilitaba una conducción más relajada, en la práctica era ineficiente, lenta y a veces brusca. Por si esto fuera poco, también era más grande y pesada que una transmisión manual.

En los últimos años todo esto ha cambiado radicalmente gracias a fabricantes como ZF, cuya caja de cambios de ocho velocidades ZF 8HP es especialmente exitosa entre las gamas de coches premium. Esta es una caja de cambios ligera y flexible, y la equipan muchos sedanes de lujo y deportivos de marcas como Aston Martin, BMW, Alfa Romeo, Ford, Maserati o Toyota. Dependiendo de las necesidades del modelo en el que se instale, puede ser silenciosa y lineal o más deportiva y tremendamente sensible a las variaciones de gas. Tiene capacidad para transmitir un par de salida desde tan solo 300 Nm hasta 1.000 Nm, y el convertidor de par incluso se puede cambiar por un motor eléctrico, creando una opción híbrida.

Es compatible con casi todos los vehículos de tracción trasera y la mayoría de los sistemas de tracción total. Además, se puede integrar fácilmente en casi todos los vehículos, ya se trate de modelos nuevos o antiguos.

¿Cómo será el futuro?

Con las curvas de par lineales y los coches eléctricos, nos podemos encontrar con un panorama en el que las cajas de cambios tienden a simplemente desaparecer. ¿Tú qué opinas?

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