Guía para gestionar los residuos de los automóviles

Guía para gestionar los residuos de los automóviles

En los trabajos de arreglos y mantenimiento que se llevan a cabo diariamente en un taller se generan residuos muy diferentes: aceite, neumáticos, baterías… Tal vez en alguna ocasión hayas tenido la duda sobre cómo gestionarlos de la mejor manera posible, sin perjudicar el medioambiente y respetando las estrictas regulaciones legales existentes. Dos de las más importantes son la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos y el Reglamento sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas.

Neumáticos gastados

Los neumáticos usados no están contemplados por la normativa como un residuo peligroso, pero de todas maneras tienes que realizar con ellos una gestión especial.

Mientras estén en el taller deben permanecer bajo techo para evitar que el agua de lluvia se quede almacenada en su interior, se estanque y provoque la aparición de mosquitos. Para su gestión deberás recurrir a una empresa de reciclaje o acudir a un Punto Limpio.

Guía para gestionar los residuos de los automóviles

Filtros usados de todo tipo

Los coches utilizan en su mecánica varios tipos de filtros, unos más peligrosos que otros. Por ejemplo, los filtros de aire no son considerados residuos peligrosos. En cambio, los filtros de aceite y combustible sí, por motivos obvios.

Estos filtros deben ser llevados a un Punto Limpio, desde donde serán trasladados a una planta de tratamiento en la que los aplastarán para separar el filtro del aceite.

Aceite usado y otros residuos líquidos

Atención, porque aquí ya estamos ante residuos considerados como muy peligrosos. Si va a parar donde no debe, una cantidad muy pequeña de aceite de motor o ATF de la caja de cambios puede contaminar un volumen muy grande de agua y tierra. Además, es un líquido altamente inflamable y su combustión provoca la emisión de azufre y compuestos tóxicos en el aire.

Tanto estos aceites como otros residuos líquidos (el de la dirección asistida o el de los frenos) debes almacenarlos en bidones estancos de plástico con tapa. Los bidones deben estar situados dentro del edificio y, si no fuera posible, deben permanecer bajo techo.

La Ley sobre vertidos líquidos industriales al sistema integral de saneamiento obliga a instalar en la salida sanitaria del taller un separador de grasas que evite que, en caso de accidente, el aceite vertido en el desagüe llegue a la red general.

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Baterías usadas

Es quizás el residuo más potencialmente nocivo de todos los que tratamos en los talleres mecánicos de coches. La buena noticia es que hoy en día es posible recuperar y reutilizar prácticamente todos los componentes de las baterías de coche. Igual que en el caso de los neumáticos y los aceites, deberás recurrir a una empresa de reciclaje o acudir a un Punto Limpio.

Otros residuos indirectos

Durante las operaciones de reparación y mantenimiento es fácil que se derramen productos al suelo o sobre los profesionales del taller. En estos casos hay que limpiarlos con sepiolita o papel de celulosa, respectivamente. Estos desechos indirectos impregnados deben tener también su protocolo de gestión de residuos en talleres mecánicos.

Obligaciones legales

Es importante que el taller mecánico cuente con un plan de gestión de residuos y es obligatorio que tengas un contrato de recogida y tratamiento de los residuos con una empresa especializada y que sea renovado como mínimo cada seis meses.

Además, cada siete años se debe presentar un estudio del suelo sobre el cual se encuentra ubicado el taller con los puntos exactos habilitados para el almacenaje de residuos.

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