Fábricas de Automóviles: Mercedes-Benz

Mercedes-Benz, perteneciente al grupo Daimler AG, tiene su principal planta de fabricación y montaje en Sindelfingen, una localidad próxima a Stuttgart. De esta planta salen algunos de los modelos más significativos de la marca de la estrella.

La planta de Sindelfingen se divide en varias partes, empezando por el taller de estampado de chapa. En estos talleres las cizallas hidráulicas y neumáticas junto con las prensas se encargan de dar forma a las piezas que conformarán el chasis y la carrocería del vehículo. Las prensas trabajan a 7.400 Toneladas de presión para estampar rápidamente la chapa de acero y conseguir una gran firmeza a la vez que un mínimo grosor. Otro apartado en esta primera fase de fabricación es la estampación y conformación de piezas plásticas y en composite con un sistema similar al anterior.

A continuación las piezas fabricadas en composite se pegan entre ellas con adhesivos plásticos estructurales, para conseguir la rigidez deseada.

Posteriormente, en el taller de carrocería, los robots controlados numéricamente se encargan de juntar todas las piezas de chapa estampada para dar forma al chasis del vehículo. Con gran precisión unen, sueldan y pegan las distintas partes del chasis. Cada carrocería es comprobada por láser para asegurar la calidad de las uniones soldadas. Por último en el taller de carrocería, los robots CNC montan el techo y las puertas, para que las carrocerías pasen por último a la zona de acabados, donde los empleados especialistas se encargan de repasar las carrocerías para asegurar que nada ha fallado en el proceso de montaje. Se pulen pequeños arañazos e imperfecciones de la superficie y se deja lista para pasar al taller de pintura.

En el taller de pintura se aplican las primeras capas de protección ante la corrosión, y posteriormente se aplica la pintura exterior. Otros robots CNC se encargan de pintar los interiores de las carrocerías, cubriendo todos los rincones y recovecos entre la chapa. Posteriormente se aplica una capa de barniz antiarañazos a las carrocerías para asegurar que la pintura se mantiene en perfecto estado hasta el momento de la entrega del vehículo al cliente.

Una vez pintados, los vehículos pasan a la zona de ensamblaje. Hay que tener en cuenta que cada vehículo Mercedes-Benz está fabricado bajo pedido del cliente y no hay dos iguales, por lo que las carrocerías desnudas entran en la cadena de ensamblaje en un orden determinado, ya que toda la cadena de montaje se ha previsto para este orden concreto.

En primer lugar se montan los salpicaderos, luego se montan los techos de composite y las luces exteriores. Poco a poco se van ensamblando interiores y piezas mecánicas, hasta que llega el momento determinante de montar el grupo motriz: el motor, la caja de cambios y los trenes rodantes. Uno de los últimos pasos es el montaje de la zona frontal del vehículo: luces delanteras, parachoques, radiadores, defensas, etc.

Finalmente se montan las ruedas al coche y este ya esta listo para pisar el suelo por si mismo.

Para evitar que los operarios se queden momentáneamente sin piezas para montar y así evitar detener la cadena, automáticamente según los tiempos calculados se suministran las piezas necesarias directamente del almacén a la cadena de montaje.

Además, los empleados están constantemente en formación y rotación, para así conseguir los mejores resultados gracias a la no-rutina de trabajo y constante crecimiento profesional.

Para terminar con el montaje, se añade la emblemática estrella en el capó del vehículo. Durante la inspección final se comprueban absolutamente todos los sistemas del vehículo para verificar su correcto funcionamiento, así como se controlan todos los puntos del coche en un búsqueda de posibles defectos de acabados.

Ahora sí, finalmente el vehículo sale de la cadena de producción en marcha, totalmente preparado para su entrega al cliente.

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